El café es una bebida sumamente popular y ampliamente consumida en todo el mundo, e l descubrimiento del café tiene una historia fascinante. Aunque la leyenda y la realidad se entrelazan en esta narrativa, existe consenso en que el café se originó en África y su descubrimiento fue el resultado de una serie de eventos y observaciones. En este artículo, exploraremos quién fue responsable del descubrimiento del café y cómo este hallazgo cambió radicalmente el curso de la historia.
La leyenda de Kaldi:
Una de las historias más conocidas sobre el descubrimiento del café nos lleva al siglo IX, en Etiopía, donde un pastor llamado Kaldi observó que sus cabras se volvían notablemente enérgicas después de consumir las bayas rojas de un arbusto cercano. Intrigado por este comportamiento, Kaldi decidió probar las bayas él mismo y experimentó una sensación de vitalidad y alerta. Kaldi compartió su descubrimiento con los monjes de un monasterio cercano, quienes comenzaron a utilizar las bayas para mantenerse despiertos durante sus prolongadas sesiones de oración nocturna.
El papel de los monjes y la propagación del café:
Los monjes del monasterio etíope jugaron un papel crucial en la difusión del café. Al reconocer las propiedades estimulantes de las bayas, comenzaron a experimentar con diferentes métodos de preparación. Descubrieron que al tostar y moler las semillas del café, podían crear una bebida aromática y vigorizante. Pronto, la noticia sobre el café se extendió a otros monasterios de la región, ganando popularidad como una bebida que mejoraba la concentración y el estado de alerta.
Expansión del café en el mundo árabe:
Con el florecimiento del comercio en la región, la popularidad del café creció y se expandió más allá de las fronteras de Etiopía. En el siglo XV, el café llegó a la península arábiga, específicamente a Yemen. Fueron los árabes quienes comenzaron a cultivar café en plantaciones y a perfeccionar su proceso de preparación. Pronto, las casas de café (conocidas como qahveh khaneh) se convirtieron en puntos de encuentro social, donde las personas se reunían para disfrutar del café, debatir, intercambiar ideas y compartir noticias.
La difusión del café por Europa y el resto del mundo:
La popularidad del café continuó expandiéndose y, en el siglo XVII, llegó a Europa a través de los mercados comerciales. Las primeras cafeterías europeas surgieron en ciudades como Venecia, Ámsterdam y Londres, convirtiéndose rápidamente en centros de actividad intelectual y social. El café se convirtió en una alternativa popular al alcohol y a las bebidas calientes existentes, ya que estimulaba la mente y permitía a las personas mantenerse despiertas y concentradas.
Aunque a lo largo de los siglos la historia exacta del descubrimiento del café se ha entrelazado con leyendas y mitos, existe un consenso general en que el café se originó en África y su descubrimiento fue resultado de observaciones y experimentación. Desde los pastores etíopes y los monjes en los monasterios hasta su expansión por el mundo árabe y su llegada a Europa, el café ha dejado una huella imborrable en la historia y la cultura de las sociedades.
En la actualidad, el café sigue siendo una parte integral de la vida diaria de millones de personas en todo el mundo, proporcionando inspiración, compañía y, por supuesto, un delicioso sabor. Su descubrimiento ha dejado un legado perdurable y continúa siendo un recordatorio de cómo una pequeña semilla puede transformar el curso de la historia.
